Con la primavera, los síntomas de la alergia al polen empeoran. El polen es producido por las plantas. Es un diminuto granito cargado de células fecundadoras del vegetal. Una sola planta es capaz de lanzar miles de granitos de polen al ambiente.
Cuando el polen se disemina en el aire resulta invisible. Millones de pequeñas partículas se esparcen y entran en contacto con nuestro aparato respiratorio. El contacto con nuestro sistema respiratorio es la acción que produce más respuesta. No obstante, para quienes sufren alergia al polen, también el contacto con la piel, los ojos o las mucosas provoca síntomas de distinta intensidad.
- Consume frutas y vegetales lavados: Es recomendable consumir la fruta y los vegetales frescos lavados previamente. De esta forma se eliminan los granos de polen que pudieran estar pegados a su superficie.
- Utiliza lentes de sol: Cuando salgas a la calle, es conveniente llevar lentes de sol para que el polen no pueda entrar en contacto con los ojos.
- Cambia la ropa: Los granos de polen pueden quedarse atrapados en la ropa, por lo que una buena medida es ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. Puede ayudar lavarse la cara y las manos tras las exposiciones, si no es posible cambiarse de ropa. Así mismo, evita tender la ropa en el exterior.
- Toma precauciones en el jardín: Es importante tomar medidas preventivas al exponerse a ambientes exteriores. No hay que ignorar que el riesgo de alergia incrementa en estos entornos.
- Tratamiento farmacológico: Si estás tomando un tratamiento específico para la alergia como son los antihistamínicos, debes hacerlo siempre bajo supervisión médica.
¿Te suelen aquejar los síntomas de la alergia al polen? No dejes de aplicar todos los consejos mencionados. Por supuesto, si las molestias empeoran o son demasiado recurrentes, consulta al médico.